Atrapasueños
El Atrapasueños o cazador de sueños es un elemento de protección cuando dormimos.
En muchas culturas antiguas, es un símbolo de protección contra el mal.
Se cuelgan en el dormitorio para protegerse de los malos sueños: los buenos sueños pasan por el atrapasueños y los malos sueños se enredan en el lienzo y desaparecen con las primeras luces del amanecer.
Cada parte de este amuleto tiene un significado:
El aro: El círculo externo es una representación del cosmos y los cuatro puntos cardinales. También es la rueda curativa. En el aro están representados los cuatro elementos de la vida: el norte es el aire, el agua es el sur, el fuego es el este y la tierra está al oeste.
La red: Dentro de la red que se teje en el interior del aro están las cuentas, semillas o abalorios. Cada uno de estos pequeños objetos decorativos representa el poder individual de cada persona que escoge a su gusto el atrapasueños con el que se siente más identificado.
Las plumas: Situadas en la parte inferior del aro, las plumas no son un simple elemento decorativo, sino un filtro por donde suben a la red los sueños buenos. Son el principal símbolo de la energía del atrapasueños y, según los chamanes, tienen los mismos filamentos del aura humana.
Para limpiar el atrapasueños se debe hacer un ritual con salvia. Según la tradición, tras encender la salvia se espera que se queme durante un minuto y se apaga el fuego. El humo purifica el amuleto y debe empezar por delante, envolviendo bien el atrapasueños.
Con el humo de la salvia hay que caminar por la habitación, siguiendo las agujas del reloj, hasta que toda la estancia se impregne. Se coloca el atrapasueños a la altura de la vista y se le pide que actúe como protector. Se da las gracias.
Esta limpieza se repite cada vez que se perciba que las energías negativas han cargado mucho el atrapasueños. Si está muy deteriorado o roto, debe quemarse y activar otro.