El primer chakra: Mulhadara

El primer chakra, Mulhadara o chakra radical nos une con el mundo físico. Aquí tomamos contacto con el espíritu de la madre Tierra y experimentamos su amor, su paciencia y su fuerza elemental, nos permite aprender de ella.

Está conectado con la existencia física y la supervivencia. Nos pone en contacto con las necesidades fundamentales de la vida y es donde se asienta el subconsciente colectivo.

Nos da la seguridad, sobre la que podemos construir nuestra vida, y simultáneamente nos provee de la energía necesaria para la actividad creadora en el mundo: nos proporciona la fuerza para imponernos y la constancia o perseverancia.

Funcionamiento armónico

Cuando tu chakra radical está abierto y funciona armónicamente, experimentas una profunda y personal unión con la Tierra y sus criaturas, una fuerza vital, la satisfacción, la estabilidad y la fortaleza interior. Te sientes inmerso en el ciclo natural de la vida, en la alternancia del reposo y la actividad, de la muerte y del nuevo nacimiento. Tus acciones son llevadas por el deseo de participar creativamente en la configuración de tu vida: te resulta fácil alcanzar tus objetivos en el mundo. Tu vida es guiada por una imperturbable confianza original. Vives la tierra como un lugar seguro en el que recibes todo cuanto necesitas: dedicación, alimento, seguridad y protección. De esta manera te abres pleno de confianza a la vida en esta tierra y aceptas agradecido todo cuanto ella tiene dispuesto para ti.

Funcionamiento inarmónico

Cuando existe una acentuación unilateral o disfunción del chakra radical, tu pensamiento y tu acción da vueltas predominantemente en torno a la posesión, la seguridad material y los placeres sensoriales (la comida, las bebidas alcohólicas, el sexo, etc.)

Al mismo tiempo puede resultarte difícil dar y recibir con franqueza: tienes la tendencia a protegerte y limitarte. Te resulta difícil  desprenderte y el querer retener se manifiesta en el plano corporal en forma de estreñimiento y sobrepeso.

Tu forma de actuar está predominantemente dirigida a la satisfacción sólo de tus propias necesidades. Soslayas, o pasas por alto inconscientemente, las necesidades que tienen los demás, incluido tu propio cuerpo.